El salario invisible no es un concepto emocional, es una realidad organizacional.
Ocurre cuando las personas colaboradoras tienen ingresos formales, incluso competitivos, pero siguen viviendo con inestabilidad financiera: sin liquidez, sin ahorro, sin avance.

Y aunque esta realidad no aparece en los dashboards, sí impacta los indicadores clave:

Según la Oficina del Consumidor Financiero (OCF), el 67 % de las personas en Costa Rica está preocupado por pagar sus gastos, y el 55 % teme que el dinero no llegue al mes. No se trata de un dato aislado, sino de una señal clara de que el “salario invisible” es una realidad que impacta directamente en las personas y, por ende, en los equipos de trabajo.

Una empresa no es sostenible solo porque paga salarios, sino porque logra que esos salarios generen estabilidad, confianza y bienestar en la vida de su gente. Cuando el salario es invisible, la organización también pierde oportunidades de crecer con solidez.

En Sirú Financiero acompañamos a las organizaciones a transformar estos riesgos invisibles en acciones concretas con resultados medibles.

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