No siempre se trata de vender más. A veces el problema es otro: no hay claridad en los procesos, no se sabe bien quién hace qué, las decisiones se toman sobre la marcha… y el negocio termina dependiendo de una sola persona para funcionar.
Y eso, a largo plazo, no se sostiene.
¿Cómo saber si el negocio está desordenado?
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Todo pasa por una sola persona: Si quien lidera se detiene, todo se detiene.
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Hay esfuerzo, pero no resultados claros: Se trabaja mucho, pero no se sabe si el negocio está avanzando o solo sobreviviendo.
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Cuesta delegar: No hay confianza en el equipo, o no hay estructura para que el equipo pueda responder.
Esto no significa que el negocio esté mal
Significa que necesita orden, estructura y guía para crecer de forma realista.
Y eso no se soluciona de un día para otro. Tampoco se resuelve con más esfuerzo. Se construye con procesos, decisiones claras y acompañamiento.
En Sirú Emprende hemos diseñado planes especialmente para esto:
Para quienes están en ese punto donde seguir “haciendo más” ya no es suficiente.
Para quienes saben que el negocio tiene potencial, pero necesita una mejor forma de funcionar.
