
En el complejo mundo de las finanzas personales, los paradigmas y pensamientos limitantes juegan un papel crucial en cómo las personas manejan su dinero. Según la teoría de la programación neurolingüística, nuestras creencias, muchas veces, nos impiden romper patrones de conducta nocivos.
En este artículo, exploraremos siete mitos comunes relacionados con el dinero y cómo superarlos para mejorar la educación financiera y promover la inclusión financiera entre los colaboradores de las empresas en Latinoamérica.
Mito 1: El dinero compra la felicidad
Históricamente, la pobreza ha sido una constante en la humanidad. Con la Revolución Industrial, se incrementó la riqueza, pero aún hoy, muchas personas creen que más dinero equivale a más felicidad.
Sin embargo, estudios han demostrado que después de cierto punto, más ingresos no aumentan significativamente la felicidad. Según el Banco Mundial, en 1981, el 42,6% de las personas vivían con menos de 1,9 dólares al día, pero para 2018, esta cifra disminuyó a 8,6%.
En Latinoamérica, se estima que se necesitan al menos 35,000 dólares anuales para mantener un alto nivel de vida, pero más allá de eso, el impacto en la felicidad es marginal (Jebb et al., 2018).
“El exceso de dinero no garantiza la felicidad, pero la falta de él, garantiza la tristeza”
En conclusión, el dinero sí compra la felicidad hasta el punto en que se garantiza un nivel de ingreso tal que permita sostener un estilo de vida razonable, no obstante, después de cierto punto, más riqueza no es equivalente a mayor bienestar integral.
Mito 2: El dinero es lo más importante en la vida
El bienestar no se limita al dinero; hay ocho dimensiones del bienestar, incluyendo el físico, emocional y social. Priorizar el dinero sobre otros aspectos puede llevar al arrepentimiento en el futuro. Como señala Bronnie Ware, en su libro “Los cinco principales arrepentimientos que tiene la gente antes de morir”, muchas personas lamentan no haber pasado más tiempo con sus seres queridos o no haber disfrutado más de la vida debido a la búsqueda excesiva de riqueza.
Mito 3: El dinero es malo
El dinero en sí no es ni bueno, ni malo; en otras palabras es amoral.
En ese sentido, los billetes y monedas son herramienta que amplifica nuestras características y emociones. La envidia o la euforia pueden llevar a decisiones financieras poco saludables si no se manejan adecuadamente.
Por ejemplo, los ingresos inesperados como bonificaciones pueden disparar el consumismo, pero gestionados correctamente, pueden mejorar la estabilidad financiera. La clave es gestionar de forma consciente las emociones y sentimientos que evoca el manejar las finanzas personales para canalizarlas de forma saludable y sostenible.
Mito 4: El dinero está hecho de billetes y monedas
El dinero es más que billetes y monedas; es una representación del tiempo, energía, talento y conocimiento invertidos en actividades productivas con un nivel de riesgo determinado.
Por ejemplo, el PIB per cápita de Costa Rica es de 12,508.6 dólares, mientras que el de Noruega es de 89,202.8 dólares (Banco Mundial).
Esto quiere decir que una persona en Noruega es en promedio 7 veces más productiva que una persona en Costa Rica.
Esta diferencia no solo radica en los recursos naturales o la infraestructura, sino también en cómo se gestionan y asignan los recursos financieros a nivel individual y colectivo.
El dinero, en esencia, es un reconocimiento del valor creado a través del uso eficiente del tiempo, la energía y las habilidades de una persona. Enseñar a ver el dinero como una herramienta que mide y recompensa la productividad puede cambiar la percepción y la gestión financiera de los individuos.
Mito 5: La cantidad de dinero determina el valor de una persona
El valor de una persona no está determinado por su riqueza. Todos enfrentan problemas financieros, pero estos no deben definir su dignidad. Las finanzas personales reflejan nuestra contribución a la sociedad, no nuestra valía intrínseca.
“La situación financiera de una persona nunca puede determinar su valor como ser humano. Las personas no valen por lo que tienen o por lo que les sobre, valen por quienes son”.
Muchas personas en condiciones de pobreza enfrentan barreras estructurales que dificultan su progreso. Según la FAO, los índices de subalimentación a nivel mundial han incrementado, afectando la capacidad de las personas para salir de la pobreza.
Es crucial entender que la dignidad humana no depende de la riqueza, sino de cómo cada persona contribuye a su comunidad y se esfuerza por mejorar sus circunstancias.
Mito 6: Si el rico gana, el pobre pierde (Mito de la suma cero)
Este mito asume incorrectamente que la riqueza es un juego de suma cero, donde el éxito de uno implica la pérdida de otro. En realidad, en economías de libre mercado, la competencia y la innovación crean valor para todos.
Por ejemplo, cuando las empresas compiten, los consumidores se benefician de mejores productos y precios más bajos. Las economías exitosas se basan en la colaboración y el crecimiento mutuo, no en la competencia destructiva. La frase
“El dinero no va donde se necesita, va donde se multiplica”
Esta frase ilustra que la inversión fluye hacia donde puede generar más valor, beneficiando tanto a inversores como a consumidores.
Mito 7: El pobre es pobre porque quiere
Este mito ignora las complejas realidades socioeconómicas que perpetúan la pobreza. Factores como la falta de acceso a educación, discriminación y barreras estructurales juegan un papel significativo.
Según la OCDE, en países como Colombia y Argentina, se requieren hasta 11 generaciones para lograr movilidad social.
Romper el ciclo de la pobreza es un proceso largo y arduo que requiere cambios sistémicos y esfuerzos sostenidos. Es esencial reconocer que, aunque las circunstancias pueden ser difíciles, con apoyo adecuado y oportunidades, las personas pueden mejorar sus condiciones de vida.
Conclusión
Romper con los mitos financieros es esencial para promover una educación financiera efectiva y una verdadera inclusión financiera. Al entender y superar estas creencias limitantes, podemos ayudar a los colaboradores a tomar decisiones más informadas y mejorar su bienestar financiero y de esta forma impulsar su productividad en la organización.
Referencias
- Jebb, A. T., Tay, L., Diener, E., & Oishi, S. (2018). “Happiness, income satiation and turning points around the world.” Nature Human Behaviour. Enlace
- Ware, B. (2019). “The Top Five Regrets of the Dying: A Life Transformed by the Dearly Departing.” Hay House. Enlace
- Banco Mundial. (2022). “Datos sobre la pobreza mundial.” Enlace
- Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). (2018). “Informe sobre la movilidad social.” Enlace
- FAO. (2022). “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo.” Enlace