
¡Las decisiones personales afectan a tu empresa más de lo que crees!
Comprar una casa, formar una familia o emprender un negocio son decisiones que pueden cambiar la vida de tus colaboradores, pero también su estabilidad financiera.
Cuando no hay una planificación adecuada, estas decisiones pueden generar estrés, endeudamiento y distracción en el trabajo.
¿El resultado? Menor productividad, más ausentismo y colaboradores menos comprometidos.
¡Como empresa, puedes hacer la diferencia!
Un colaborador con estabilidad financiera es más enfocado, motivado y comprometido con su trabajo.
Antes de tomar una gran decisión financiera, es clave que tus colaboradores analicen tres factores esenciales:
- Capacidad de ahorro: ¿Puedo destinar parte de mis ingresos sin afectar mis gastos esenciales?
- Impacto en el presupuesto: ¿Cómo cambiarán mis ingresos y gastos después de esta decisión?
- Alternativas y respaldo: ¿Tengo opciones si algo no sale como espero?
Las grandes decisiones financieras no ocurren solo una vez en la vida. Acompañar a tus colaboradores con espacios de educación mensual o trimestral les permite tomar mejores decisiones en cada etapa, reduciendo el estrés y aumentando su compromiso.